¿Qué suerte de situación social natural, esto es, de situación ordinaria, requeriría esa peculiar especie de pose espontánea que la infanta Margarita y toda su compañía adoptan en Las Meninas? ¿Sería posible economizar de algún modo las variables explicativas y formular una única conjetura válida tanto para el sentido como para el método de esta obra?

Las Meninas en el objetivo muestra que el famoso cuadro de Velázquez es, literalmente, un making of, esto es, un documento que cuenta cómo se hizo... el cuadro mismo. El pintor nos cuenta cómo se preparó y cómo se desveló una forma antecedente de la clase de montaje pictórico-teatral que, en la era de la televisión, hemos dado en denominar broma de cámara oculta. De modo que lo que Las Meninas es, es esto: el making of de una broma de cámara oscura. Un making of que podría llevar por título Cómo se pintó... Una broma de cámara oscura en la Corte de Felipe IV.

J. Izquierdo Antonio afirma, entonces, y defiende su tesis con argumentos como pedradas, que Las Meninas de Velázquez representa el registro visual del proceso de preparación, ejecución y posterior revelación de una broma de cámara oscura, especie de chiste práctico que contiene en su esencia el mismo procedimiento autóctono de restitución situacional que hacen aparente los vídeos de bromas de cámara oculta que se emiten por doquier en nuestro tiempo: el actor «despierta» a su víctima apuntando con el dedo índice hacia «allí», hacia la cámara.