José Bové saltó aá la prensa internacional cuando, en agosto de 1999, protagonizó un intento de demolición de un McDonal's en la localidad francesa de Millau. Aunque su labor como activista había empezado mucho tiempo atrás, a partir de entonces su nombre ha estado ligado siempre a acciones de desobediencia pacífica que exigen a la política y a la economía un cambio de rumbo. Otro mundo es posible, y la forma de cambiar el mundo, y la forma de cambiar el mundo que Bové nos propone se basa en la desobediencia civil.á
En este ensayo, y contando con la colaboración del periodista y viejo cómplice Gilles Luneau, Bové traza las grades etapas de la historia mundial de la desobediencia civil y señala la importancia de su práctica hoy, cuando los gobiernos defienden intereses privados a expensas de todos y de la propia tierra, cuando la ley privilegia el interés particular en detrenimiento del interés general, cuando la justicia participa en la creación de un orden en el que la seguridad se ha convertido en protagonista principal, cuando la globalización hace crecer las desigualdades hasta extremos nunca antes conocidos.á
La desobediencia cívica consiste en asumir individualmente un aco ilegal que corresponde a una aspiración colectiva: desde Gandhi aálos segadores de transgénitos pasando por las mujeres que luchan por el aborto o los insumisos, la desobediencia cívica implica un acto político que opone lalegitimidad a la legalidad. Para quien la practica, la desobediencia cívica, más allá del valor de decir no, significa decir sí a profundizar en la libertad.