Portugal sorprende, apasiona, emociona... En una extensión que corresponde a la sexta parte de la península Ibérica se alternan playas y arrecifes de ensueño con montañas, ciudades cosmopolitas con pueblos aislados, palacios ostentosos con castillos almenados de postal. El aire sopla por tierras fértiles entre alcornoques y naranjos, y los fuertes vientos azotan el legendario cabo de San Vicente. Y por todos lados el visitante encuentra gentes amables y francas.

Portugal sabe a estilo de vida mediterráneo, a espumoso vinho verde, a exquisito oporto elaborado en bodegas de fama mundial. El país entero se abre como un gigantesco jardín donde todo florece y verdea, con olivos y brezos, jaras, pinos y madroños por doquier. Las amapolas y genistas dan un toque de color, los naranjos y limoneros adornan muchos parques, los alcornoques recién descorchados brillan en tono marrón rojizo. A principios de año puede disfrutarse de los espléndidos almendros en flor.

Hoy en día, son los turistas los que pretenden descubrir Portugal, tanto en el Algarve, con sus deliciosas calas y playas, en el santuario de Fátima, que atrae a creyentes de todo el mundo, o en la animada ciudad estudiantil de Coímbra. Allí, como en Lisboa, se mantiene la tradición del fado, melodías y baladas en torno a grandes temas como el amor y la nostalgia. En el norte seduce Oporto, la cuna del vino del mismo nombre, declarada Patrimonio Mundial por la Unesco, al igual que los palacios de ensueño de Sintra, los monasterios de Batalha y Alcobaça, la histórica Guimarães y el castillo de los caballeros cristianos de Tomar.