«No puedo estar con un hombre que frecuenta a menores. ¡Basta!, no puedo más de este espectáculo.»
VERONICA LARIO, ex mujer de Silvio Berlusconi

á«Desde hace años la cosa Berlusconi viene cometiendo delitos de variable aunque siempre demostrada gravedad. Para colmo, no es que desobedezca leyes sino, peor todavía, las manda fabricar para salvaguarda de sus intereses públicos y privados. (.) La cosa Berlusconi hace mucho tiempo que cayó en la más completa abyección.»
áJOSÉ SARAMAGO. El País, Junio 2009

«Soy el político más querido del mundo», decía Silvio Berlusconi en junio de 2009, poco antes de que su partido ganara las elecciones europeas. Por entonces, según los sondeos, gozaba de un 75 por ciento de popularidad entre los italianos gracias al control casi absoluto de los medios de comunicación. Las fotos de sus fiestas privadas, hechas públicas por el periódico El País, parecían no afectarlo. El escándalo Berlusconi, sin embargo, no había hecho más que empezar. Papi recorre los últimos tres años de la vida política y personal del Primer Ministro de Italia y se detiene en los hechos más relevantes que despertaron la atención de todo el mundo: el control de la televisión estatal y privada, sus problemas matrimoniales, el divorcio y las fiestas exclusivas que montaba en Villa Certosa, su residencia de Cerdeña, adonde acudían bellas y jóvenes mujeres a cambio de dinero, un puesto en el gobierno o un lugar en las listas de eurodiputadas.

Esta investigación periodística compuesta al calor de los acontecimientos, desvela, con datos precisos, el entramado de corrupción, estafas y chantajes que ha rodeado la vida y el gobierno de Il Cavaliere.

Y ese entramado podría extenderse. El incremento de su popularidad después de que su locuacidad sufriera un reciente atentado junto a la catedral de Milán, y el control mayoritario que ejercerá muy pronto sobre la televisión en España, sólo permiten augurar que los excesos de su poder producirán aún más escándalos.

«Estoy muy preocupado por el clima de censura y los ataques a la libertad de prensa. (.) un gran manto de silencio amenaza con cubrirlo todo » ANTONIO TABUCCHI, mayo 2009