Cesta de la compra

Tictac tictac

Autor Carlos Zanón González

Editorial EDICIONES CARENA

Tictac tictac
-5% dto.    12,00€
11,40€
Ahorra 0,60€
No disponible online, pero nuestras libreras pueden consultar su disponibilidad para darte un estimado de cuándo podríamos tenerlo listo para ti.
Envío gratis a partir de 19€
España peninsular
Envío GRATUITO a partir de 19€

a España peninsular

Envíos en 24/48h

-5% dto en todos los libros

Recogida GRATUITA en Librería

¡Ven y déjate sorprender!

  • Editorial EDICIONES CARENA
  • ISBN13 9788415021353
  • ISBN10 8415021356
  • Tipo Libro
  • Páginas 86
  • Colección Poesía
  • Año de Edición 2010
  • Idioma Castellano
  • Encuadernación Rústica

Tictac tictac

Autor Carlos Zanón González

Editorial EDICIONES CARENA

-5% dto.    12,00€
11,40€
Ahorra 0,60€
No disponible online, pero nuestras libreras pueden consultar su disponibilidad para darte un estimado de cuándo podríamos tenerlo listo para ti.
Envío gratis a partir de 19€
España peninsular
Envío GRATUITO a partir de 19€

a España peninsular

Envíos en 24/48h

-5% dto en todos los libros

Recogida GRATUITA en Librería

¡Ven y déjate sorprender!

Detalles del libro

Tictac tictac es el ruido del reloj que guarda en sus tripas el cocodrilo que persigue a Garfio. Tictac tictac es el latido del reloj del conejo blanco al que persigue Alicia. Tictac tictac es la bomba que tienes escondida en casa las noches de insomnio, y que no aciertas a encontrar. Tictac tictac. Has de regresar a casa. Has de crecer. Has de seguir siendo niño. Has de jugar. Has de ser responsable. Has de recoger los juguetes de la habitación. No dejar embarazada a tu amante. Tictac tictac. Has de beber hasta morir. Has de vivir por siempre. Has de amar. Has de dejar de amar. Has de recordar y olvidar, pero no juegues con eso: siempre en ese orden. Tictac tictac. Geppetto tenía el hogar lleno de relojes que hacían tictac tictac tictac. John Barrie siempre fue otro. Lewis Carrol también. Impostores como tú y como yo. Nadie nos quiere por lo que somos. Siempre somos otros hasta que el cocodrilo nos alcanza y nos muerde la muñeca izquierda. Tictac tictac.