El Mediterráneo, como concepto plural y diverso en el marco internacional, se presenta ante España, como un balcón hacia la periferia próxima norteafricana. También como expresión de la condición semiperiférica de nuestro país en el curso del siglo XX, y como frontera geohistórica y simbólica desde la que se ha asimilado no solo la relación con los vecinos de la orilla meridional sino también con las grandes potencias y las constelaciones multilaterales europeas y occidentales. Además la figura del Mediterráneo se proyecta en capítulos fundamentales de la historia de España del pasado siglo como la dictadura de Primo de Rivera, la guerra civil española o la crisis final del franquismo.
Los nuevos horizontes historiográficos plantean claves interpretativas como la búsqueda de la seguridad, tema de constante preocupación, y la experiencia colonial y la descolonización, así como la cristalización del “giro mediterráneo” en las postrimerías del siglo XX. Todas ellas se trenzan como mimbres narrativos de un relato abierto entre el Mediterráneo y España.