Dentro de una tradición andaluza, que tiene su mejor logro en la poesía de Aquilino Duque, prologuista del volumen, el presente poemario es no solo la suma del buen hacer poético del autor, capaz de expresar inteligentemente y con emoción sus recuerdos más vivos a través del paso inevitable del tiempo, sino el resultado de entender la lírica como un medio de conocimiento y una manera de acercarse a la música de las palabras. La viña perdida  es un libro claro, hondo, que se mueve entre los motivos elegíacos y la alegría de la intimidad familiar. Es emotivo, resuelto con la autenticidad de los poetas que saben iluminar la realidad desde su propia biografía.