La Península Ibérica compone un privilegiado entorno para la Biodiversidad. Puente obligado para millones de aves migratorias que cada año encuentran refugio en sus humedales, este espacio estratégico entre África y Europa es también el hogar de multitud de especies endémicas únicas en el mundo. Muchas han pasado casi inadvertidas por la historia natural, pero cinco grandes, situadas en lo más alto de la pirámide trófica, han tenido un papel destacado, conviviendo, incluso rivalizando, con los humanos. Perseguidas casi hasta su extinción, solo la sensibilización de los habitantes del mundo rural, el apoyo institucional español y europeo, la ayuda de empresas privadas y el duro trabajo de unas pocas organizaciones han hecho posible salvar a estas especies de un anunciado triste final. Oso, águila imperial, lince, quebrantahuesos y lobo han recuperado la esperanza, convirtiéndose, al mismo tiempo, en defensores de la fauna ibérica. Cinco grandes que, gracias a la activa presencia y a los esfuerzos de organizaciones de defensa de la naturaleza como WWF España, Fundación Oso Pardo, Fundación Quebrantahuesos y Estación Biológica de Doñana, con el apoyo logístico de vehículos Land Rover, han sabido superar la amenaza de la extinción para convertirse en representantes emblemáticos y defensores de la fauna ibérica.