Mina es una bacteria y vive en un libro. Recógela con el dedo y llévatela de excursión: un mundo microscópico habitado por microbios os espera. Descubrirás lo raros que son los dientes si los miras de cerca. ¿Y cómo es tu ombligo? ¿Y tu camiseta? ¿Qué pasaría si los fotografiaras y los ampliases 300 o 1000 veces? Unas fotografías hechas con microscopio electrónico te darán una visión completamente nueva y sorprendente de estos lugares aparentemente tan conocidos.

Una manera divertida de conocer algunos de los microbios con los que convivimos a diario y de animar, de paso, a los más peques a mantener unos hábitos de higiene saludables.

«Esta pareja asentada en Melbourne ha producido un maravilloso y atractivo libro informativo sobre las bacterias. Emplean el recurso de acercarse tanto al papel, el algodón y la piel que solo un microscopio electrónico puede producir imágenes de este micromundo alienígena. Han insertado un E. coli, un estreptococo, un hongo y una corinebacteria en este mundo aparentemente caótico de de fibras, estratos y bultos, que se convierten en nuestros guías en este mundo un poco repulsivo de los microbios. Las imágenes de Julian Frost son sencillas y las burbujas de texto de los microbios que hablan resultan de lectura muy divertida.
Hay varios mensajes con los que nos podemos quedar de este libro; por ejemplo, que es una buena idea lavarse las manos unas cuantas veces al día. Sin embargo, sigue siendo un libro informativo sobre ciencia para ayudarnos a conocer el mundo en el que vivimos. Espero poder compartir este libro con futuros científicos y ver cómo observan con más atención el mundo a su alrededor. Un producto precioso y lleno de información importante, recomendado para un público de 5 a 55 años.» Kevin Brophy, Reading Time. Children's book news and reviews from The Children's Book Council of Australia

«Las maravillosas fotografías a todo color hechas con microscopio electrónico no son solo educativas, sino que también sirven para reforzar el mensaje: enseñan los recovecos más ocultos, invisibles a simple vista, que convierten estas superficies en lugares tan atractivos para los microbios. El carácter interactivo de este libro ?se invita al niño a tocar la página y llevarse consigo a Mina para trasladarla a sus dientes, camiseta u ombligo? contribuye a que los niños tomen conciencia de lo que supone el hecho de ir propagando microbios con las cosas que tocamos. Este libro es divertido y educativo: una auténtica delicia.» The Children's Book Review