Fray Luis de León (1527/28-1591) es una autoridad indiscutida en el mundo de las Letras como autor, intérprete y traductor. Pero como autor escolástico y teológico ha quedado en un segundo plano en el marco de la renovación intelectual realizada en España durante el siglo XVI. Este libro, fruto de una larga investigación preparada en artículos y capítulos publicados previamente de manera circunstancial, expresa la profundidad de la comprensión lograda por el autor de este agustino, así como su familiaridad con la obra luisiana. Esto le permite ver en los distintos escritos (tanto escolásticos como humanistas, tanto bíblicos como poéticos) la unidad de un quehacer intelectual expresado en un ideario (que destaca en su forma propia en el "laberinto" de los idearios renacentistas), que aporta un diferente enfoque teológico que tiene a Cristo por eje y centro; al pensamiento onomástico y simbólico por metodología, y que ofrece un pensamiento sistemático y complejo que se desvela al lector al enfocarse en la unidad de principio desde el que se desarrolla. En el libro no sólo se logra una perspectiva desde la que se ofrecen al lector los distintos textos luisianos bajo la unidad vivida de un quehacer común, sino que, justo por llegar al núcleo de su propuesta filosófica y teológica, también ofrece sugerentes conexiones con otros hitos filosóficos tanto modernos como contemporáneos: Cassirer, Gadamer, Hegel, Heidegger, Ortega, Searle, Unamuno, Whitehead, Wittgenstein, etc.