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DF Cont.Nº58: Sol Naciente. La expansión japonesa en el sudeste asiático 1941 (Desperta Ferro)

Editorial DESPERTA FERRO EDICIONES S L N E

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Detalles del libro

“¡Ataque aéreo contra Pearl Harbor! ¡Esto no es un simulacro!” Apenas unas pocas horas después que la estación radiofónica militar de Oahu emitiera este grito desesperado, el eco respondió en el lejano sudeste asiático. En realidad, el ataque a la gran base estadounidense en Hawái no era más que una maniobra secundaria, un intento de aniquilar a la Flota del Pacífico para que no se interpusiera entre el Imperio nipón y su verdadero objetivo: la expansión japonesa en el sudeste asiático para conseguir sus ingentes materias primas. Durante las trepidantes semanas que siguieron el kraken japonés extendió sus tentáculos y fue tomando, una tras otra, las colonias holandesas. Los campos petrolíferos de Borneo y de Sumatra, el níquel de Célebes y el caucho de Java, entre otros muchos recursos indispensables, fueron cayendo en manos de los invasores. La campaña, que fue un éxito rotundo de los atacantes, terminó el 8 de marzo de 1941, sesenta días antes de lo previsto, tras tan solo tres meses de combates, con la rendición de Java. Atrás quedaban el valiente ataque de los destructores estadounidenses en Balikpapan, el asalto aerotransportado japonés a los campos petrolíferos de Palembang, el brutal bombardeo de Darwin, la batalla del mar de Java y los combates en las selvas de Borneo. Lastrados por un cuartel general único, el ABDACOM, en el que intervinieron cuatro países, tres sistemas de mando y control y dos idiomas distintos, los aliados lucharon con valentía contra sus enemigos y contra las circunstancias, pero fueron derrotados por el plan meticulosamente elaborado por la Marina y el Ejército del Imperio del sol naciente. Habían sido meses de trabajos y discusiones entre los dos servicios que conformaban el Cuartel General Imperial, pero el resultado final fue una victoria rotunda. La Segunda Guerra Mundial en el Pacífico podía continuar.