Todo el tiempo decimos adiós consta de nueve relatos con un tema común: el jazz. No es una historia del jazz, es el jazz como ritmo, como improvisación, como atavismo de una serie de personajes ficcionales y también reales. Son historias independientes con un hilo conductor, la música. Cada historia está construida sobre melodías de Nina Simone, Billie Holiday, Chet Baker, Charles Mingus, Miles Davis, Dizzy Gillespie, Bill Evans y varios más. Sin embargo, la palabra y la música no son suficientes para seducir al lector, por consiguiente, cada historia combina intensidad narrativa con la dinámica de buenas historias con personajes creíbles, en un equilibrio entre la psicología y el carácter del personaje, el afuera que vive y la música. A lo largo de estas páginas vamos a encontrarnos con un periodista que decide desaparecer al darse cuenta que toda su vida ha sido construida a partir del engaño, la mentira y la muerte; con una cantante de jazz que solo con la música consigue ahuyentar los viejos fantasmas del maltrato, la violación y la droga; con un músico con paransomnia con una doble vida que lo atormenta y cuyo único consuelo es Miles Davis; con un trompetista que llega a la ciudad del jazz en búsqueda de su padre desconocido y sufre un ataque de amnesia del que solo se salvan sus recuerdos musicales o con Chet Baker llegando a Ámsterdam sin saber que ese sería su último destino?