Cesta de la compra

Ningún obispo impuesto (San Celestino, Papa)

Autor JOSE IGNACIO GONZALEZ FAUS SJ

Editorial EDITORIAL SAL TERRAE

Ningún obispo impuesto (San Celestino, Papa)
-5% dto.    5,50€
5,23€
Ahorra 0,28€
Disponible online, recíbelo en 24/48h laborables

¿Quieres recogerlo en librería?
Envío gratis a partir de 19€
España peninsular
Envío GRATUITO a partir de 19€

a España peninsular

Envíos en 24/48h

-5% dto en todos los libros

Recogida GRATUITA en Librería

¡Ven y déjate sorprender!

  • Editorial EDITORIAL SAL TERRAE
  • ISBN13 9788429310672
  • ISBN10 8429310673
  • Tipo Libro
  • Páginas 160
  • Colección Presencia Teológica
  • Año de Edición 1992
  • Idioma Castellano

Ningún obispo impuesto (San Celestino, Papa)

Autor JOSE IGNACIO GONZALEZ FAUS SJ

Editorial EDITORIAL SAL TERRAE

-5% dto.    5,50€
5,23€
Ahorra 0,28€
Disponible online, recíbelo en 24/48h laborables

¿Quieres recogerlo en librería?
Envío gratis a partir de 19€
España peninsular
Envío GRATUITO a partir de 19€

a España peninsular

Envíos en 24/48h

-5% dto en todos los libros

Recogida GRATUITA en Librería

¡Ven y déjate sorprender!

Detalles del libro

No es éste un libro de historia, sino de teología, aunque esté cargado de citas y referencias históricas; porque sucede que la historia de la Iglesia es uno de los más importantes "lugares teológicos" de la eclesiología. Por eso las conclusiones de este libro no son simplemente históricas, sino estrictamente dogmáticas; y no quieren engrosar la erudición, sino la fidelidad. En los primeros siglos, una Iglesia-"fermento" mantiene el principio electivo de sus obispos por el pueblo de Dios. Y lo mantiene, a pesar de las múltiples dificultades de todo tipo, por razones de fidelidad evangélica y por su concepción comunitaria de Dios, que le impiden manipular al Espíritu apropiándose privadamente de Él. Los papas resultan ser los grandes defensores de este principio electivo y de la urgencia de su puesta en práctica. Posteriormente, una Iglesia estratificada al modo de la sociedad circundante ya no consigue mantenerlo: el laicado deja de tener parte alguna en la elección de sus obispos, que queda en manos del "alto clero" y de las autoridades políticas. El Vaticano II supuso la recuperación de la libertad de la Iglesia, y sobre esta nueva -y tan antigua- base hay que seguir avanzando, fijos los ojos en los orígenes, para ir logrando hacer realidad que la libertad reconquistada alcance su verdadero objetivo: ser libertad para la comunión, la fraternidad y la igualdad de todo el pueblo de Dios en todo lo que a todos afecta.