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Rolando Campos
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  • Editorial DIP. DE SEVILLA/AREA DE CULTUR
  • ISBN13 9788477984634
  • ISBN10 8477984638
  • Tipo Libro
  • Páginas 196
  • Colección ARTE HISPALENSE
  • Año de Edición 2021
  • Idioma Castellano
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Detalles del libro

El pintor y escultor Rolando Campos se interesó por el dibujo desde niño y, aunque debido a las duras circunstancias familiares se vio obligado a trabajar desde joven junto a su padre en la Sociedad Española de Construcciones Agrícolas (SACA), pronto entró en la Escuela de Artes y Oficios de Triana, en la que recibió clases de dibujo en el período comprendido entre 1958 y 1962. En la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla estuvo matriculado en los cursos de 1964-68. Allí quedó impactado con el posicionamiento antiacadémico de Francisco Cortijo, que lo llevó a Estampa Popular, a la que también pertenecían Cristóbal Aguilar y Francisco Cuadrado, junto a Francisco Reina y María Manrique, en 1968. Ese año expuso por primera vez en una colectiva en la Galería La Pasarela. Las pinturas y los dibujos de ese período comprendido entre 1967 y 1982 muestran la realidad como medio para la expresión de una objetividad crítica, desde la que evolucionó hacia un nuevo concepto de interpretación de la realidad sujeta a complejos aprovechamientos postmodernos de los recursos cubistas, en 1972-1984. A inicios de los años ochenta inició la producción de bodegones facetados con recursos cubistas personalizados y actualizados que muestran su madurez evolutiva y, a continuación, uno de sus mayores logros creativos, la serie Esperpentos, en 1982-1988. Su cartel para la Semana Santa de Sevilla del año 1984 es uno de los más creativos y el más avanzado que se había presentado hasta ese momento; aún así, o precisamente por ello, generó un gran conflicto en sectores conservadores, incapaces de entender la naturaleza gráfica del medio y mucho menos las necesidades renovadoras y los nuevos conceptos de la pintura contemporánea. Como escultor experimentó con la forja y el bronce entre 1983 y 1998, coincidiendo con una nueva desestructuración del objeto real en su pintura, muy próxima a la abstracción en las series Esperpento, Burkas y Huellas, en 1997-98.