La filóloga y profesora de español, Mónica González Pereira, deja su huella barojiana entre Galicia y Portugal. Estudiosa de la aportación de Pío Baroja a la dramaturgia, como autor, crítico e incluso actor en el teatro de cámara amateur El Mirlo Blanco, concluye en este libro que «no alcanzó el genio y la agudeza de la estética valleinclanesca, pero sí contribuyó con gran esfuerzo a la transformación de la escritura teatral que desde los últimos decenios del siglo XIX se estaba llevando a cabo en toda Europa».

Mónica González Pereira (Pontevedra, 1983), es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Vigo. Desde el año 2011 ejerce como docente de español, segunda lengua extranjera, para el Ministerio de Educación de Portugal. Su interés por la vida y obra de Pío Baroja comienza a edad temprana, tras la lectura de la obra tal vez más representativa del escritor donostiarra: El árbol de la ciencia. Pero será en 2010 cuando su dedicación barojiana comience a cobrar forma, con el trabajo de fin de máster «El tratamiento de la religión en la producción narrativa y teatral de Pío Baroja».