En este libro la propuesta es la de actualizar y desplegar un término elevado a la condición de concepto siguiendo las enseñanzas de Roberto Harari, a partir de su ubicación tanto en la obra del inventor del psicoanálisis Sigmund Freud, como su continuación en las letras de Jacques Lacan. Me refiero al término `constelación´, que si bien es utilizado por otras disciplinas, unas científicas, otras metafísicas y aún mánticas, encuentra una pertinencia en nuestro campo, el del psicoanálisis que entendemos lacaniano. En el caso de Freud por carecer del término `estructura´, que tuvo un desarrollo importante en la segunda mitad del siglo XX. Para Freud se trataba de las constelaciones libidinales, ficcionalizadas para dar cuenta de los casos de su práctica sin caer en cuadros generales provenientes de la psiquiatría. En el caso de Lacan para sostener su rechazo al estructuralismo en tanto disciplina que entendía lo mostrable en tanto demostrable, pero carecía de una teorización sobre la causa; de ahí su idea que si un conjunto se caracteriza por elementos relacionados, el modificar uno de ellos tenía consecuencias en todos los otros. En cambio la constelación permite de la misma manera ficcionalizar una presencia pero sin suponerle la rigidez de las relaciones biunívocas. Esto se experimenta en la praxis psicoanalítica en la cual la modificación de un elemento, al que podemos llamar síntoma, no modifica necesariamente todo el mundo de nuestro llamado sujeto, el analizante. En el mismo sentido, el atravesamiento del fantasma hacia lo Real de la pulsión sólo es verificable en las consecuencias del obrar de cada quien, y no sólo por el acceso al conocimiento o saber supuesto en un desciframiento.