El estudio de la uniformidad de un Cuerpo supone analizar un poco su alma, ese trozo de alma que se asoma a los ojos del observador permitiéndole acceder a su etiología, colores, hechuras o formas de los uniformes guardan íntima relación con aquello que se espera, la razón de ser, de los hombres y mujeres que los visten e incluso de la función que para ellos les ha asignado el Estado. El Cuerpo de Seguridad, antecedente del actual Cuerpo Nacional de Policía, nace de la Restauración tras la proclamación de Alfonso XII como nuevo Rey, y se mantiene vigente hasta 1941, en que se cera para sustituirlo el Cuerpo de la Policía Armada y de Tráfico.