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Volviendo de su suicidio, Subaru despertó de su cuarta muerte y, al ver a las criadas, agarró las manos de ambas para comprobar si eran las que se habían sostenido de él durante su pesadilla, solo para ganarse los insultos de ambas. Pasando por los mismos acontecimientos que sus vidas anteriores, pidió ser mayordomo de nuevo, asegurándose de actuar normalmente mientras trataba de averiguar la identidad del chamán que los mataba a través de una maldición en los otros bucles. A pesar de los intentos de Subaru de ocultar su estado mental con el duro trabajo que hacía, Pack notó como se sentía, e informó a Emilia que se desgastaría en un futuro próximo a la velocidad en que estaba haciendo las cosas.