Tres amigas, Iris, Alicia y Violeta, viajan a Érebo, una pequeña aldea del interior del territorio del Alto Tajo, a pasar unos días de vacaciones en la casa familiar de Iris. Allí se impregnarán del aroma formidable de los pinares y se encontrarán con paisajes y personas llenos de matices. Un accidente de coche sufrido en el trayecto, será el punto tangencial y de cruce entre distintos planos de realidad que experimentará una de ellas, Alicia. La necesidad de averiguar qué ha sucedido les hace volver a Érebo y comprobar la información sobre el relato y los detalles que Alicia insiste en explicar, ya que nada de ese relato es posible pues nunca llegaron al pueblo. Los trampantojos murales en la casa de Iris y los paisajes que rodean a la aldea, parecen ser un portal hacia otros planos de experiencia o solo? ¿puentes hacia el recuerdo?