En esta nueva entrega poética, Teresa Vicente enfoca su mirada en un hecho muy concreto y personal: la vejez de su madre y los cuidados que ha de dispensarle. Para ello, en concordancia con el tono íntimo, adelgaza el verso y lo condensa sin menoscabo de un lenguaje claro y directo. Por supuesto, aparecen los temas universales de la muerte y el paso del tiempo, pero también otros de gran actualidad y no menos problemáticos.El lirismo de La silla blanca está en la hondura de su realismo, sin más artefacto que el eco de las escenas y las palabras pronunciadas. Las cuarenta breves composiciones del libro funcionan como un todo dialógico donde madre e hija dan lugar al dilema, lo existencial y, por encima de todo, el amor.