Miramos al cielo y vemos que se est pudriendo. Ese aire que arde esuno de los grandes ?logros? del hombre moderno, tan altivo yprepotente. Tal vez, ha llegado el momento de pedir una humildedisculpa a nuestros ancestros. Merecemos que nos observen desde elsilencio del inicio y nos recriminen tanta acci¢n inconsciente ydepredadora.
Telegrama a la caverna es un alegato contra unacivilizaci¢n que ha traicionado sus or¡genes y ha olvidado que somostambi?n tierra y tiempo, sangre y v¡sceras. Que a pesar de la est?tica y la tecnolog¡a seguimos necesitando, como los primeros hom¡nidos,carne cruda y fuego para vivir. Versos de acero que se clavan en elalma del hombre contempor neo, perdido, tantas veces, entre lanegaci¢n y el disimulo. Un espejo po?tico donde poder mirar elpresente sin tantos escaparates, que acaba dibujando, m s all delreproche y de la cr¡tica, un retrato del mundo actual.
A ellos, los antiguos, los que se pusieron de pie, les debemos mucho de lo que somos. Abrieron el camino de nuestro presente. Volver a ellos, a suinstinto, a su esencia, podr¡a ser un ejercicio de autoconciencia para recuperar el latido que hemos perdido.