La Administraci¢n, obligada ex lege a velar por la salud de losinternos en establecimientos penitenciarios, se encuentra conimportantes obst culos en su papel de garante, no solo por laconfluencia de diversos condicionantes f cticos, sino tambi?n aresultas del marco jur¡dico vigente, de su interpretaci¢njurisprudencial y de la forma en que las previsiones del legisladorson trasladadas a la realidad mediante la actuaci¢n administrativa. .En efecto, muchos a¤os despu?s de la aprobaci¢n de la Ley Org nicaGeneral Penitenciaria, subsisten m£ltiples barreras para el completodisfrute del derecho a la salud por parte de los reclusos. Dosfactores sobresalen como causantes de esta situaci¢n: de un lado, elgeneralizado superior deterioro f¡sico y ps¡quico de quienes viven enprisi¢n, consecuencia tanto del entorno, como de las caracter¡sticasdel colectivo, y, de otro, los rasgos distintivos del modelo deasistencia sanitaria penitenciaria, calificable como h¡brido, entanto, pese a lo legalmente previsto desde 2003, todav¡a no se haproducido la integraci¢n de esta sanidad en los sistemas de saludauton¢micos (salvo muy contadas excepciones), lo que trae comoresultado que la atenci¢n primaria permanezca en manos de laAdministraci¢n Penitenciaria. . A ello se a¤aden, como puntos deinter?s y fuente de conflictos, otras cuestiones jur¡dicas ycontextuales igualmente relevantes. Por cuanto hace a las primeras,merecen especial atenci¢n los problemas que surgen en torno alderecho a la autodeterminaci¢n m?dica, las dudas respecto a laaplicaci¢n de la eutanasia a los preventivos, la viabilidad de lainvestigaci¢n m?dica con reclusos o, en fin, la aplicabilidad de lalegislaci¢n de prevenci¢n de riesgos laborales en un escenario tansingular como el carcelario. Entre las segundas, es preciso tener encuenta, al menos, las tres siguientes: la evoluci¢n de la poblaci¢npenitenciaria como parte de una sociedad sujeta a continuos cambios(el envejecimiento, la consideraci¢n al g?nero en el  mbito de lasalud, la multiculturalidad…,), el precedente creado por lareciente pandemia, fen¢meno disruptivo que, en opini¢n de las vocesm s autorizadas, podr¡a volver a repetirse en un futuro no demasiadolejano, y, por £ltimo, el progreso tecnol¢gico, tanto por los riesgosque genera (sobre todo en cuanto hace a la protecci¢n de datossensibles), como por las oportunidades que crea, merced, por ejemplo,a la capacidad de la telemedicina, de la comunicaci¢n a trav?s demedios telem ticos o de la digitalizaci¢n de las historias cl¡nicaspara solventar, siquiera parcialmente, los d?ficits que la sanidad enprisi¢n presenta.