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Las villas mar¡timas del Principado de Asturias a finales del AntiguoR?gimen (1750-1810) analiza la realidad hist¢rica de las cabecerasjurisdiccionales de los concejos urbanos del litoral asturiano y suspuertos durante seis d?cadas cruciales en los  mbitos demogr fico,econ¢mico-social e institucional.

La poblaci¢n de estosmunicipios experiment¢ un importante crecimiento hasta la £ltimad?cada del siglo XVIII, en especial en la costa central, donde selocalizaban las villas y puertos de mayor entidad. Destaca Gij¢n, concasi cuatro mil habitantes a fines del periodo, si bien algunas deestas localidades apenas alcanzaban los quinientos. El atrasoecon¢mico era una realidad en Asturias, que asist¡a a un aumento de la pobreza e intensificaci¢n de la emigraci¢n. La pesca atravesaba unaprofunda crisis, carente de inversiones en los puertos, con unaindustria pesquera atrasada y una situaci¢n de miseria generalizadaentre los pescadores, causada sobre todo por la matr¡cula del mar. Lapesca fluvial adolec¡a de problemas espec¡ficos. La expansi¢n de lasmanufacturas se vio condicionada por distintas circunstanciast?cnicas, organizativas y de inversi¢n. Ni el sector textil en tornoal lino ni la siderometalurgia tradicional pudieron liderar laindustrializaci¢n asturiana. En el fracaso de esta £ltima tambi?ninfluy¢ la ausencia de esp¡ritu emprendedor. El comercio era escaso,basado en la exportaci¢n de materias primas e importaci¢n de productos manufacturados. Tambi?n era muy reducido el n£mero de grandescomerciantes que operaban desde Asturias, que viv¡an como rentistas.Nobleza y clero pose¡an amplios patrimonios r£sticos. Gij¢n ser¡a el£nico puerto habilitado para el comercio con Am?rica, lo que afect¢negativamente al resto. En el deterioro de la situaci¢n econ¢micatambi?n influir¡a la escalada b?lica. Las oligarqu¡as nobiliariaslocales copaban los gobiernos de los concejos, donde el grado derepresentatividad  era muy limitado y tampoco las reformas municipales carolinas lograr¡an sus objetivos.