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La historia de la Literatura y de las humanidades nos ha permitido,hasta ahora, conocer la naturaleza y evoluci¢n de cada una y elaborarsus c nones de referencia. Para lo cual part¡amos de una premisa: lacontinuidad de la cultura. Pero en una ?poca de cancelacionesculturales, impugnaci¢n de los c nones y adanismos virulentos es lapropia memoria lo que se ha convertido en objeto hist¢rico. Loslugares simb¢licos de esta memoria (lieux de m?moire, de Pierre Nora), sus formas de transmisi¢n ?se¤aladamente, la memoria literaria? y sus usos ideol¢gicos constituyen el arsenal de la guerra cultural en laque estamos envueltos activa o pasivamente.

A trav?s delan lisis de casi un centenar de novelas y memorias, este ensayo revisa la conflictiva memoria literaria que, en los £ltimos ochenta a¤os, ha ido moldeando por impregnaci¢n nuestra memoria gregaria, oficializada en la intimidatoria memoria gubernamental o ?democr tica?. Con lacual los m s audaces, activos y tenaces colaboradores del ?monarca del tiempo? (Javier Mar¡as) pretenden, mediante su hegemon¡a cultural,que queramos ?como denunci¢ Juli n Mar¡as? lo que no deseamos eincluso nos repugna.