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®No olvidemos que la existencia del fragmento es contradictoria,parad¢jica: escribir, entonces, una ?F bula del fragmento?, esmantener con ?l una fidelidad tan n¡tida como otra. Podr¡a ser lapersecuci¢n, fotograma a fotograma, de Buster Keaton en Film, esapel¡cula que escribi¢ el obispo Berkeley en el siglo XVIII y rod¢Samuel Beckett en 1965.



Esse est percipi, piensapor nosotros el ?protagonista?. Aunque, para ser exactos, las m s delas veces el principio se nos aplica a nosotros y no a ?l, porque, enverdad, a este protagonista ?Ninguna c mara lo graba: no hay c maras.No hay p£blico"¯.



Federico Oca¤a