Se cumplen en estos d¡as ochenta a¤os de la publicaci¢n de ElPrincipito. Tal vez sea muy pretencioso, pero no ser¡a menor elhomenaje si los lectores pudieran constatar que la oxidada polea quesaca agua del pozo del desierto sigue susurrando su melod¡a: es lacanci¢n de la roldana, tambi?n ella cumple ochenta y canta como en sum s fresca juventud. Hay deleitosa hermosura en su a¤osa melod¡a.Y deeso se trata: de deleitarse en la belleza de una melod¡a. Al cabo, enlas reflexiones que abordaremos estaremos ensayando siemprevariaciones sobre el mismo tema. Qu? bien que hace lo bello y qu?f cil se aprende cuando es con fruici¢n. Esta obra intenta poner porobra la legendaria consigna de Horacio: docere et delectare, ense¤ardisfrutando.