Antes de los 2 a¤os los ni¤os ya reaccionan de forma negativa cuandono saben resolver correctamente una tarea y de forma positiva cuandola llevan a cabo con ?xito. A los 3 a¤os van ampliando su perspectivay, adem s de alegrarse de sus logros, reaccionan m s positivamente siterminan la tarea con ?xito antes que los dem s ni¤os. Es aqu¡ cuandonuestro peque¤o lanza su cochecito m s lejos que su amiguito delparque y le dice entusiasmado: ®­He ganado!¯. Aunque esta alegr¡a ledura poco si su contrincante gana la carrera un minuto despu?s. Y esque, desde bien peque¤os, nuestros hijos van desarrollando lacapacidad de diferenciar entre el ?xito y el fracaso, as¡ como dereconocer sus habilidades y limitaciones en ellos mismos y en losdem s, capacidad que les ayuda a estar motivados en sus aprendizajes,siempre que sus conclusiones sean realistas.

Hablamos demotivaci¢n cuando concentramos nuestra energ¡a en realizar una acci¢ny de motivaci¢n de logro cuando esa acci¢n la queremos realizar de lamejor forma posible. En esta gu¡a nos vamos a referir a la motivaci¢nde logro de nuestros hijos.

Los ni¤os suelen mostrarmotivaci¢n por realizar correctamente cada nueva tarea que se lesplantea. Estas ganas de aprender los lleva a ser constantes hastaconseguir leer y escribir, sumar y restar, atarse los cordones de loszapatos, lavarse las manos, cepillarse los dientes... Sin embargo, lamotivaci¢n de nuestros hijos por alcanzar el ?xito en cada nuevoaprendizaje puede disminuir con la edad a lo largo de la infancia.Adem s, tiende a estabilizarse a partir de los 13 a¤os, lo cualimplica que, si nuestros hijos llegan desmotivados a la adolescencia,nos resultar  m s dif¡cil cambiar su actitud ante el aprendizaje. Portanto, es imprescindible que fomentemos en ellos la constancia y lapasi¢n por aprender desde peque¤os.