Siempre he cre¡do firmemente que es esencial manifestar nuestrossentimientos hacia los dem s, pues el amor correspondido que ansiamospodr¡a sorprendernos cuando menos lo esperamos. Sin embargo, a menudo, cuando se presenta la oportunidad de hallar ese amor, nos retraemos,esperando ilusoriamente que, por alg£n milagro, esa persona especialse acerque a nosotros. A trav?s de esta historia, deseo transmitir que bastan apenas unos segundos para abrir nuestro coraz¢n y expresar loque sentimos. Si bien no siempre recibiremos la respuesta deseada, yno todo ser  un camino de rosas, el ?xito o fracaso de nuestrasacciones no deber¡a medirse por un simple ?s¡? o ?no?. Loverdaderamente importante es el coraje demostrado al enfrentarnos auno de los desaf¡os m s intimidantes de nuestra existencia: lavulnerabilidad de nuestros propios sentimientos. Este acto devalent¡a, de arriesgarnos a pesar del miedo al rechazo, es lo queverdaderamente debe ser celebrado y valorado.