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Nunca me he atrevido a pensar lo que pienso, surgieron los pensaressin consentimiento, hasta que, en la noche de las noches, la realidadatraves¢ el mundo del alma, y ahogada, hizo sangrar palabra. Aqu¡escritas.



Todo comenz¢, como todos estos caminoscomienzan, con un coraz¢n roto, que arrastr¢ un cuerpo al encierro deuna cama, una abulia que despertaba en la penumbra ardiendo tanto deno dejar dormir. No hacer nada, ni siquiera descansar, ese era elcastigo inexplicable. La lectura enga¤aba la consciencia, pero no erasuficiente. En lo malo, algo bendijo la mente, ?ya no solo leer s,ahora tambi?n crearas o nada m s har s?. Y aqu¡ volqu? lo que guard?.En lo escrito, donde se puede ser y nunca dejar de conocer, en lasp ginas que arrastro a la hoguera y arden en la mente. Donde no haylamento, solo el texto vivo en lucha y pregunta, en esfuerzo y acci¢n. Que chillaba porque exig¡a existir.



Bienvenidos a los laberintos latentes de las mentes, los poemas.