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La relaci¢n entre Ciencia y Poes¡a es tan antigua como la propiaHistoria de la Humanidad. Desde las primeras reflexiones sobre c¢moabordar el conocimiento del mundo de que se tiene noticia, han sidomuchos los nombres que a£nan la pr ctica art¡stica y el trabajocient¡fico. Baste citar a Pit goras, Omar Jayyan y Leonardo da Vinci,para referirnos a personalidades de ?pocas y culturas muy diferentes,como ejemplos paradigm ticos. El caso del f¡sico Albert Einstein,aficionado a la m£sica (como Albert Schweitzer) y a la poes¡a (como lo fue Erwin Schr?dinger), no es una excepci¢n.

A diferenciade Schr?dinger, sin embargo, la poes¡a de Einstein es decircunstancias en sentido estricto. En sus versos hay siempre una nota personal, ya se trate de manifestar su admiraci¢n por Spinoza, sugratitud a Alexander Mozkowski ?su primer bi¢grafo? o su origen jud¡o. Porque, aunque tard¢ en acoger como propia esta cuesti¢n que, en unprincipio pareci¢ no afectarle, lo cierto es que su vida estuvomarcada por ella a partir de los a¤os 30, lo que lo llev¢ a abandonarAlemania y acabar viviendo, como exilado, en los Estados Unidos.