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El proceso migratorio es una de las fuentes de cambio social más profundo y que más ha marcado las bases del último siglo. Ejemplos de este proceso van desde las migraciones campo-ciudad, que transformaron la estructura económica de gran parte de los países de la Unión Europea, hasta las migraciones internacionales de finales del siglo XX, que a partir de los años ochenta entraron en una nueva fase sin precedentes (Castles, 1991) tanto por los lugares de destino como por las cifras de personas que emigran. Tal fenómeno involucra a España de forma notoria, por ser ella uno de estos nuevos destinos de migración.
Este trabajo profundiza en el conocimiento de las actitudes socialmente compartidas por la población autóctona hacia la población inmigrante a España. Ante la variedad y aparente discrepancia de la información disponible sobre esta cuestión, se presenta una reflexión sobre las convergencias y divergencias entre las distintas formas de construir el conocimiento sociológico de las actitudes hacia la inmigración. Para esto se parte del análisis de la información acumulada por el CIS en encuestas de actitudes y estudios cualitativos sobre actitudes hacia la inmigración. Se plantean también una serie de reflexiones teóricas y metodológicas que surgen al abordar las discrepancias en la naturaleza de las informaciones sobre actitudes.