En 1802, Nicholas Ramge, el más joven de los capitanes disponibles, recibe órdenes de dirigirse al mando de la Juno a las Indias Occidentales para participar en el bloqueo que la Armada británica está llevando a cabo, no sin dificultades, de la isla de Martinica. Sin embargo, su primera misión  consistirá en conseguir que la pandilla de perezosos, descuidados e indolentes que forman la tripulación de la Juno se convierta en algo parecido a una tripulación de la Armada digna de tal nombre, antes de llegar al Caribe.