Ciudad del diseño, del Muro, metrópoli sin hora de cierre... Hay muchos motivos para visitar Berlín. Apenas es posible encontrar en ningún otro lugar del mundo una urbe con tantas historias y rostros diferentes. La variedad de sus museos, la diversidad de su vida nocturna y los numerosos centros comerciales invitan a un recorrido único. Si dedicamos la mañana a comprar artículos singulares y a buen precio, el mediodía a admirar el barrio del Gobierno desde la soleada cúpula del Parlamento y por la tarde nos asombramos ante el famosísimo altar de Pérgamo, apenas habremos visto nada. El refinamiento de los clubs o la visita al edificio de la Ópera forman también parte de un día pleno, tanto para visitantes como para berlineses. Con sus tres millones y medio de habitantes, Berlín sigue en continuo cambio tras haber recuperado la capitalidad: desde hace años se ha dedicado un enorme esfuerzo a conformar una capital que sea representativa también arquitectónicamente. Se construye, se restaura y se reorganiza.

Tolerante, abierta a nuevas vías y, en muchos aspectos, vanguardista: esta es la tarjeta de presentación de Berlín, especialmente en lo que respecta a la vida cultural.

¡Esta ciudad no duerme y vale la pena dejarse sorprender por ella!