La deconstrucción -léase demolición- del proyecto sionista en Palestina es un fenómeno creciente en el ámbito académico, tanto dentro como fuera de Israel. Sin embargo, no es tan habitual encontrar textos que propongan, como hace el presente volumen, un análisis del sionismo a la luz de uno de sus principales componentes ideológicos: la estatolatría, entendida como culto al Estado-nación moderno, una forma de religiosidad contemporánea que une a tirios y troyanos y que, para el autor, no es sino el medio de la clase dirigente para perpetuar el orden (o desorden) existente con sus privilegios asociados.

En consecuencia, Durán Velasco sostiene que el sionismo no difiere esencialmente del resto de nacionalismos colonialistas y eurocéntricos surgidos en el siglo XIX, aunque la aplicación de su imperativo plan estatolátrico sobre un territorio, no lo olvidemos, que en aquel entoncesáque en aquel entonces habitaba una inmensa mayoría de no judíos hará de él un movimiento particularmente nocivo, de hecho devastador, para una comunidad autóctona Palestina que empezaba a conocer la hieles del expolio. Impulsado por judíos ashkenazis, el sionismo pronto devino tan racista y conflictivo como lo conocemos hoy, anteponiendo la creción de un Estado étnico propio a auqlquier consideraciñon internacionalista, humanista o simplemente humana. La evolución histórica del sionismo vendríaáa confirmar esa deriva "euromaniática", consagrada por la presunta legitimidad que parece emanar de la consumación de su sueño estatolátrico, convertido en pesadilla ya centenaria del relegado pueblo palestino.