Basado en una de las anécdotas más vergonzosas de la historia de Francia, Teulé recupera el asombroso asesinato de
Alain de Monéys, un joven feriante, amable e inteligente, que al cabo de unas horas de llegar a la feria del pueblo vecino fue torturado, quemado e incluso comido por la muchedumbre. Si bien es cierto que a mediados de 1870 Francia se hallaba angustiada por la guerra contra Alemania y el pueblo sufría los efectos de una sequía excepcional, nada parece explicar que por una supuesta frase antinacionalista y una falsa acusación de espionaje, más de seiscientas personas se entregaran durante horas a realizar las peores atrocidades posibles.