El incremento de la presencia en
nuestras consultas de personas de
ambos sexos y diferentes edades –
habitualmente en situación de
incapacidad temporal–,
con distintos problemas
clínicos relacionados
con sus dificultades
laborales, nos animó a
acercamos, junto con otros profesionales sanitarios, a este problema desde una óptica
sanitaria y psicoterapéutica diferente a la desarrollada en el campo de la medicina y la
psicología laboral o en el propio de la sociología y las prácticas sindicales orientadas a la
defensa de los derechos del trabajador.
En este camino un nuevo problema, la creciente cifra de personas y familias sin
trabajo (o con trabajo en precario y sin derechos laborales, de facto), se ha añadido como
creciente productor de malestar psíquico debido, en este caso, no sólo a las características
cada vez más estresantes del trabajo, sino a su ausencia unida a la falta de perspectivas
de poder lograrlo con sus consecuencias en términos de inseguridad tanto profesional
como personal y vital.
Nuestra referencia ha sido centramos en la conducta humana (con su desarrollo a lo
largo de la vida) entendida como producto de sus condiciones de partida - es decir, de su
«background» hereditario -, y de las condiciones concretas e incidentes propios de su
desarrollo vital.