Mercadona ha alcanzado un protagonismo extraordinario en los últimos años. Cada día que pasa tiene más de casi todo lo que se puede encontrar en las relaciones de intercambio como fundamento de la economía: más clientes, más tiendas, más empleados, más proveedores e interproveedores, más productividad, más ingresos y más beneficios… por no alargar la lista.Es un modelo de empresa, o más bien una empresa con un modelo: su modelo. Y lo es porque desde hace años ha tenido, precisamente, un modelo, de hecho más de uno. En palabras de su presidente ejecutivo y principal accionista y propietario, “quien tiene un modelo, tiene un tesoro”. En su caso, seguro.  Hay tres hechos destacables, entre otros muchos, que hacen a Mercadona merecedora de ser más conocida:

1.- Haber alcanzado el liderazgo español en el sector de la distribución, sobrepasando a empresas que habían sido líderes, a pesar de vender una gama más reducida de productos.

2.- Haberse convertido en una de las pocas empresas españolas que crean y generan nuevos puestos de trabajo directos y con contratos indefinidos, a los que cabe añadir los indirectos creados por sus empresas interproveedoras.

3.- A pesar de su carácter casi anecdótico –aunque no lo es– haber ubicado uno de sus establecimientos como supermercado de barrio y de proximidad en plena milla de oro madrileña.Estos hechos los encontrará el lector a lo largo del  texto, aunque previamente encontrará una amplia cantidad de apuntes variados sobre diferentes aspectos de la empresa analizada.