El retrato en el Renacimiento se le atribuyen múltiples usos y funciones -emotivas, documentales, devocionales o legitimadoras- que lo convierten en uno de los géneros por excelencia de este período. Estas funciones quedarían condesadas en las galerías de retratos: uno de los nuevos espacios de exposición y almacenamiento propios del Renacimiento junto a la cámara de las maravillas y al studiolo. En esta comunicación analizaremos el origen y evolución de estas galerías, sus usos y funciones y sus ejemplos más representativos desde la perspectiva de género. Por eso, en esta ocasión, Felipe II, Francisco I o Fernando II cederán el testigo a Margarita de Austria, María de Hungría, Juana de Austria o Catalina de Austria, mujeres todas ellas que reunieron algunas de las galerías de retratos más significativas de las cortes europeas del siglo xvi, a través de las cuales hicieron presentes a familiares y amigos ausentes en la distancia y en el tiempo, subrayaron su pertenencia a un linaje familiar y legitimaron su posición en la corte y en los círculos reales y nobiliarios.