La obra tiene el valor añadido de su absoluta vigencia. Habiendo sido muy admirada desde el momento de su publicación, nunca ha dejado de serlo; dos ejemplos: Schopenhauer la tradujo y difundió en la Alemania que inauguraba el pensamiento contemporáneo, y su última edición en Estados Unidos permaneció meses en la lista de los más vendidos del Washington Post.

Al presentar esta obra su autor dijo que con ella ofrecía «de un rasgo, todos los doce Gracianes». Gracián condensó en estos 300 aforismos lo esencial de un pensamiento expresado en las miles de páginas que suman sus tratados didáctico-morales. Ya el título es una buena muestra de su singular estilo conceptista, pues expresa una antítesis llena de significado: mientras que sustantivo «oráculo» remite a algo oculto —en rigor es el «secreto emanado de la divinidad»—, el adjetivo «manual» denota lo contrario: una guía «para un uso práctico y portátil», o dicho de otra manera: el saber más profundo expuesto para todos los públicos. El oráculo manual y arte de prudencia nació para ser, en palabras de su autor, un «epítome de aciertos del vivir», es decir,una recopilación y síntesis de la sabiduría que ayuda a vivir la vida.