El Psicoanálisis, que se origina en el estudio de las neurosis, sólo tardíamente se enfrentó a la necesidad de conceptualizar teóricamente la patología psicosomática. Fue en las décadas del '50 y el '60, con la expansión de los movimientos de salud mental y las ampliación de sus ámbitos asistenciales. Los trastornos psicosomáticos parecen ir en aumento en la época actual también en niños y adolescentes. Más inquietante que ese aumento es el frecuente fracaso en este tipo de trastornos de las habituales medidas terapéuticas: medicamentos, curas climáticas, dietas, etc., por lo que la terapéutica de estas enfermedades precisa una revisión a fondo. En las etapas tempranas del niño se observan trastornos y reacciones de tipo psicosomático: las tensiones pulsionales se descargan hacia adentro y provocan sensaciones de malestar corporal que representan el lenguaje emocional de los órganos que es propio de la primera niñez. Los trastornos psicosomáticos son una forma de expresión muy frecuente de presentarse las alteraciones emocionales, psicopatológicas y relacionales durante la infancia y la adolescencia. ¿Cómo es el funcionamiento intrapsíquico cuando la sintomatología psicosomática se presenta como su forma prevalente de expresión? La respuesta no es sencilla y dependerá en buena medida de la orientación de las escuelas psicopatológicas. Nosotros creemos que sobre todo han sido las de orientación psicoanalítica las que han trabajado de forma más continuada y con mayor bagaje psicopatológico la cuestión.