En las sociedades occidentales se ha venido desarrollandopaulatinamente la idea de un estatuto que ampare la dignidad y losderechos de que goza todo ser humano por la £nica raz¢n de serpersona. El avance cient¡fico, t?cnico y cultural de nuestracivilizaci¢n ha cristalizado en una conciencia cada vez mayor deldeber de proteger los derechos humanos como fuente principal de todomarco jur¡dico que se precie defensor de los valores en que seentronca Occidente, a saber, libertad, justicia e igualdad. No envano, nuestra actual Constituci¢n, as¡ como la mayor¡a de lasConstituciones de nuestros pa¡ses socios en la Uni¢n Europea, abrensus p ginas con una declaraci¢n m s o menos expl¡cita delreconocimiento del valor que todo ser humano tiene por ser persona,independientemente de su sexo, raza o condici¢n social. Cada uno deestos derechos subsidiarios se fundan, en £ltimo t?rmino, en ladignidad de cada ser humano individual por el hecho de ser persona.Ahora bien, en las £ltimas d?cadas, las diversas circunstancias en que no pocas veces se encuentran las familias y las posibilidadest?cnicas que ofrecen los avances cient¡ficos, han favorecido unreplanteamiento casi continuo del problema del estatuto ontol¢gico yjur¡dico del ser humano. Tanto desde la filosof¡a, pasando por labio?tica, como desde el Derecho, se han multiplicado las publicaciones por parte de cient¡ficos y acad?micos sobre c¢mo entender ointerpretar este estatuto fundamental del ser humano, no siempre conresultados homog?neos.

Teniendo en cuenta, por tanto, estadif¡cil diversidad de elementos, ofrecemos a un sector amplio de lasociedad espa¤ola, una reflexi¢n que pretende abarcar los tres camposfundamentales del debate sobre el estatuto del ser humano, a saber, el marco filos¢fico, bio?tico y jur¡dico.