La necesidad de recuperar el buen funcionamiento de las institucionesp£blicas es uno de los grandes desaf¡os del siglo XXI. Laglobalizaci¢n, la posmodernidad, el consumismo y el hedonismoexagerados que nos abruman las est n degradando a ojos vista. Con locual muchas de las instituciones m s necesarias para la convivenciacivilizada se encuentran inmersas en un proceso de deterioro del queparecen no poder salir. . El profesor de la Cu?tara es y ha sido uncualificado observador de este proceso. Sus publicaciones de cuatrod?cadas as¡ lo acreditan. Tanto las m s antiguas - ?La actividad de la Administraci¢n?, de 1983, y ?Las potestades administrativas? de 1986- como las m s recientes - ?Fundamentos de Derecho P£blico?, de 2011 y ?Limites del Estado?, de 2019 - dan buena cuenta de ello. Su largatrayectoria profesional como profesor y abogado, desarrollada enGalicia, Canarias y Madrid con una amplia proyecci¢n a Iberoam?rica,aporta un especial valor a su testimonio en estas cuestiones. . Larecopilaci¢n de escritos aqu¡ presentada es una obra de madurez. Sustres primeros cap¡tulos sintetizan la obra publicada por el Dr. de laCu?tara sobre degradaci¢n institucional, llevando al lectordirectamente a su n£cleo. Los dos siguientes son trabajos in?ditos,dedicados a combatir el deterioro mostrado, y aportan ideas como lasde la l¢gica y contenci¢n institucionales que no pueden dejarindiferente a nadie. El cap¡tulo de cierre aborda el mutuo apoyo entre la seguridad jur¡dicay lanormalidad institucional, tema de evidenteinter?s hoy d¡a, y unas consideraciones finales completan este peque¤o gran libro, de poco m s de 150 p ginas, asequible a cualquierinteresado en Ciencias Sociales. . Ni que decirlo tiene, el autor esun catedr tico veterano que, una vez libre de preocupaciones docentes, incorpora a sus escritos una neutralidad, claridad y precisi¢ndif¡ciles de alcanzar. Al propio tiempo, su actual situaci¢n lepermite presentar al lector una casu¡stica m£ltiple y variada, todo lo cual aporta a su trabajo una lectura grata y una facilidad decomprensi¢n por juristas y no juristas ciertamente encomiables.