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Simplifica. No te compliques la vida: busca la simplicidad en la empresa y en el trabajo

Autor Joan Mir Juliá

Editorial LIBROS DE CABECERA

Simplifica. No te compliques la vida: busca la simplicidad en la empresa y en el trabajo
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  • Editorial LIBROS DE CABECERA
  • ISBN13 9788412355406
  • ISBN10 8412355407
  • Tipo LIBRO
  • Páginas 170
  • Colección Temáticos #
  • Año de Edición 2021
  • Idioma Castellano
  • Encuadernación Rústica

Simplifica. No te compliques la vida: busca la simplicidad en la empresa y en el trabajo

Autor Joan Mir Juliá

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Detalles del libro

Aunque las empresas tienden a la complejidad, ¿te has fijado que el secreto de la mayoría de las empresas de éxito consiste en que sus directivos han sabido simplificarla? Joan Mir Juliá, desde su puesto de director general de una empresa de gran consumo, recomienda hacer las cosas simples, tanto en el ámbito de la estrategia como en los procesos de la empresa, así como trasladar esa obsesión por la simplicidad a las rutinas de trabajo del equipo humano.
En Simplifica, simplifica, simplifica se describen numerosos ejemplos de simplificación con un resultado positivo, así como múltiples casos de empresas en las que la simplificación es un credo. Hoy en día nadie duda que el éxito de Apple, por ejemplo, se basa en la simplificación.
A menudo, la cultura empresarial y profesional es reacia a la simplificación, por lo que este libro es una lectura obligada para todos aquellos que quieran adoptarla. Aquí tienes las claves.

Prólogos de Alberto Delgado y Juanjo Pérez Cuesta
Introducción
Parte I. Simplificar en los negocios
1. Simplificar en la estrategia de la empresa
2. Simplificar en el área de Marketing y Comercial
3. Simplificar en el diseño
4. Simplificar en las operaciones
Parte II. Simplificar en el trabajo
5. La complejidad en el trabajo
6. Pensar para simplificar
7. Priorizar para simplificar
8. Iterar para simplificar
9. Palancas para simplificar en el trabajo
10. Barreras para simplificar en el trabajo
Conclusión
Anexo: Los 6 factores clave de la simplicidad
Bibliografía

Introducción
En un mundo cada vez más complejo, caótico e impredecible, hay que perseguir la simplicidad. Definir y ejecutar ideas simples y claras; centrarse en lo más esencial y atenderlo de la forma más simple posible.
Las ideas y soluciones más brillantes en cualquier área de actividad suelen rebosar simplicidad.
La evolución de la humanidad se ha basado en aplicar soluciones simples a problemas complejos. Pero la especie humana admira la complejidad, aunque no la entienda. Por eso es fácil quedar como un estúpido cuando se pretende buscar la simplicidad. Sin embargo, como decía el escritor ruso Máximo Gorki: «Todo lo que es verdaderamente sabio es simple y claro». O como afirmaba el físico Edward Teller: «Perseguir la simplicidad en la vida, en el mundo y en el futuro, es la empresa más valiosa».
Por su parte, el aclamado CEO de General Electric desde 1981 a 2001, Jack Welch, describió en una entrevista en la Harvard Business Review, el problema de la búsqueda de la simplicidad en los negocios: «Los directivos inseguros crean la complejidad. Los directivos asustados y nerviosos utilizan libros de planificación muy gruesos y complicados, y diapositivas llenas de todo lo que han aprendido desde su infancia. Los líderes de verdad no necesitan confundir. La gente debe tener la confianza en sí misma para ser clara, precisa y estar segura de que cada persona en su organización, desde la más importante a la menos, entiende cuál es el objetivo básico del negocio. Pero no es fácil. Es increíble lo difícil que es ser simple para la gente. Cuánto miedo les da a los individuos ser sencillos. Les preocupa el hecho de que, si son simples, los demás pueden pensar que son tontos. En realidad, claro está, es justo al revés. La gente con la mente más clara y preparada es la más simple».
He estructurado este libro en dos partes. En la primera, desarrollo la utilidad de la simplicidad en el mundo de la empresa, en cuatro áreas de gestión distintas: estrategia, marketing y comercial, diseño y operaciones. En la segunda, me centro en explicar lo provechosa que es la simplicidad en el ámbito del trabajo de cada profesional. Y cómo, para alcanzar esa simplicidad, es clave seleccionar y priorizar los objetivos, proyectos y tareas más importantes, proceder a una constante iteración para su mejora continua, y ejecutar las actividades con el máximo foco y sencillez.
El libro va dirigido a empresarios, a directivos de cualquier tipo de organización y a profesionales que tengan interés en evolucionar su propia eficacia y eficiencia para crear valor.
El objetivo fundamental de esta obra es destacar la importancia de buscar la simplicidad en los negocios y en el trabajo, para ser mejores, conseguir más y crear valor.
En el mundo de los negocios, el objetivo final que se pretende conseguir persiguiendo la máxima simplicidad, es crear valor económico. El valor económico es la diferencia entre lo que el cliente está dispuesto a pagar por un producto o servicio y los costes necesarios para su elaboración, promoción y suministro. La simplicidad puede hacer más atractivo lo que ofrece una empresa a los clientes y/o puede ayudar a optimizar los costes de esa empresa.
En el ámbito profesional y personal, la búsqueda de una mayor simplicidad debe perseguir, de igual forma, generar valor. Ese valor profesional y personal se crea incrementando la diferencia entre lo que motiva y lo que desmotiva. Los elementos motivadores aumentan las sensaciones de bienestar, felicidad y autoestima. Los elementos desmotivadores son generadores de estrés, ansiedad y miedo. La simplicidad puede contribuir a potenciar los aspectos que nos hacen sentir bien y nos hacen progresar profesionalmente y/o a minimizar los que nos hacen sentir mal y dificultan nuestro progreso en el trabajo. Cuando la simplicidad permite alcanzar esos objetivos, se crea valor profesional y personal.
En el año 2018 escribí el libro FOCO: enfocar para ganar (Libros de Cabecera). En él desarrollé lo importante que es, a mi entender, la actividad de enfocar las cosas tanto en los negocios como en la vida. Se trata de lo que denomino un concepto joya desde la perspectiva de alcanzar la máxima eficacia y eficiencia.
En el libro que tienes entre tus manos pretendo resaltar otro concepto joya, también en el contexto de la búsqueda de eficacia y eficiencia, que tiene que ver con la actividad de simplificar. Enfocar y simplificar son dos caras de una misma moneda. La que simboliza el éxito. De hecho, el concepto simplificar engloba al concepto enfocar, pues existen dos niveles de simplificación: enfocar la atención en áreas muy concretas de los negocios o de nuestro trabajo, y desechar otras, es un primer nivel de simplificación; mientras que gestionar de forma sencilla esas áreas seleccionadas es un segundo nivel de simplificación.
Así pues, simplificar significa, por un lado, atender menos marcas, productos, clientes, proveedores, objetivos, proyectos y tareas, con el propósito de mejorar su gestión, a través de una mayor dedicación, y, de esa forma, alcanzar un resultado superior. Es decir, concentrarse en menos elementos para ser mejor y conseguir más. Y, por otro lado, simplificar significa afrontar aquello que hemos decidido atender, con la máxima sencillez, fluidez, rapidez e inteligencia con el objetivo de conseguir el mayor nivel posible de efectividad.
La capacidad de enfocar es contrarrestada por la dispersión. Una fuerza opuesta muy potente. La dispersión aparece por inercia, de forma natural. Es una consecuencia del principio de la termodinámica que describe la entropía: la tendencia hacia el caos. Esa realidad no deja de ser paradójica, ya que unos minutos enfocando nuestra concentración generan mucho más valor que una hora de dispersión.
La simplicidad, de igual manera, tiene una fuerza que la contrarresta, la complejidad. Esta aparece también con mucha fuerza, de forma natural y por inercia. Reflexionemos, por ejemplo, sobre el hecho de que en un solo siglo la población mundial ha pasado de 1.000 millones de personas a 7.500 millones y lo que ello supone en la evolución del nivel de complejidad. En la misma línea, pensemos en el hecho de que actualmente hay más aparatos conectados a internet que personas en el mundo, o que el 90% de todos los datos que hay en la red se han añadido solamente en los últimos 5 años.
Frente a las fuerzas naturales de la dispersión y la complejidad deberemos realizar un gran esfuerzo para combatirlas actuando con enfoque y simplicidad en todo lo que hagamos.
Un buen camino para alcanzar la simplicidad es el de establecer normas simples. Elaborar normas simples facilita tomar decisiones rápidas y efectivas en los negocios y en el trabajo. Es una óptima manera de crear guías sobre lo que debemos hacer, lo que es aceptable, lo que es importante y lo que tenemos que dejar de hacer. Así pues, se trata de establecer normas simples que sean fáciles de seguir y cuya aplicación permita simplificar la gestión y el trabajo para maximizar la eficacia y la eficiencia.
En el ámbito empresarial, podríamos resumir las características de una organización que basa su estrategia en la simplicidad en los siguientes factores:
? Trabajan un surtido de marcas y productos o servicios muy enfocado. Es decir, corto.
? Se centran en un número de clientes suficiente, pero limitado. Prescinden de clientes que no consideran interesantes. Consideran que no todos los clientes suman. Que no siempre más significa más.
? Seleccionan un reducido grupo de proveedores. Con pocos proveedores alcanzan acuerdos de colaboración mucho más sólidos.
? Crean una estructura organizativa descentralizada. Buscan rapidez y agilidad en su respuesta al mercado.
? Diseñan procesos de desarrollo de producto que minimicen los riesgos y que maximicen la colaboración entre departamentos. Persiguen establecer procedimientos muy simples y claros.
? Seleccionan y concentran las inversiones en puntos clave del I+D, el marketing y las operaciones.
? Ubican las fábricas en lugares estratégicos que faciliten todo el sistema de operaciones.
? Consiguen un alto valor añadido por empleado.
El cumplimiento de esos factores de simplicidad facilita el crecimiento, la generación de liquidez y un buen retorno de la inversión.
Perseguir una gestión de la empresa basada en la simplicidad es una buena recomendación para cualquier directivo. La simplicidad es una joya. A pesar de ello, a muchos directivos les fascina la complejidad. Por ello, la simplicidad no suele aparecer en la gestión de las empresas de forma natural. La inercia habitual es la de intentar resolver problemas complejos con soluciones complejas.
Simplificar en los negocios es una cuestión estratégica, significa poner el foco en hacer más con menos para alcanzar la máxima eficacia y eficiencia.
En el ámbito laboral, la presión en el trabajo no para de aumentar. Cada vez hay que hacer más y más. Buscar la simplicidad en el trabajo significa trabajar de una forma más inteligente, no de una forma más dura. Trabajar con simplicidad e inteligencia supone clarificar al máximo lo que es esencial e importante para nosotros y para la empresa. Ello facilitará enfocarnos sobre los objetivos, los proyectos y las tareas que generarán más impacto y olvidarnos de todo lo demás. Simplificar en el trabajo también supone limitar todo lo posible las distracciones y las interrupciones. Se calcula que un empleado de oficina dedica un 30% de su jornada laboral a distracciones e interrupciones.
Simplificar en el trabajo es una cuestión de actitud, pero también de reflexión, de esfuerzo, de crear nuevos procesos y procedimientos y de hacer las cosas de manera diferente.
No se trata de estar todo el tiempo ocupado, sino de seleccionar lo que vamos a atender y lo que no. Esa vía de simplificación crea dos situaciones muy positivas desde la perspectiva de la eficacia y eficiencia profesional. Por un lado, concentra toda nuestra energía y tiempo en aquellas tareas que tienen una mayor incidencia en los resultados de la empresa y en el desarrollo profesional y, además, libera tiempo para el descanso, lo cual ayuda a recuperar la energía que necesitamos para ser más productivos.
Simplificar cualquier cosa, en los negocios y en el trabajo, únicamente tiene sentido si se crea valor económico o valor profesional. En el momento en el que seguir simplificando ya no genera valor, hay que parar.
Para recordar los elementos fundamentales que son necesarios para alcanzar la máxima simplicidad, en el anexo explico cuáles son los 6 factores clave de la simplicidad en forma de acrónimo con la palabra SIMPLE:
1- SELECCIONAR las actividades que son las más importantes
2- ITERAR los procesos hasta conseguir la mayor simplicidad
3- MEJORAR de forma continua la gestión de las actividades
4- PRIORIZAR el orden en el que atender las actividades más importantes
5- LIMITAR todas las interferencias
6- EJECUTAR de la forma más fácil e inteligente
Antes de seguir adelante quiero hacer una consideración. En este libro defiendo la importancia de buscar la mayor simplicidad como vía hacia la excelencia; sin embargo, hay que reconocer que aplicar las soluciones más simples no siempre es posible. La vida es una sucesión de problemas que hay que resolver para seguir hacia adelante. Pero, en ocasiones, los problemas son demasiado complejos para resolverlos con soluciones simples. A veces, pretender definir una solución muy simple puede ser muy complejo. La máxima simplicidad no siempre es ejecutable. En esos casos, lo más eficaz es pensar en caminos a seguir que sean lo más claros posibles. Ante situaciones muy complejas, lo más útil es decidir hacia dónde hay que ir. Por ejemplo, para reducir las altas tasas de paro en un país no existe una única solución simple. A lo más que se puede aspirar es a que los gobiernos dibujen caminos, agrupando un conjunto de acciones que conduzcan a una mejora de ese problema tan grave.